La Copa Faulcombridge ya está aquí. A partir de este domingo, arranca en el Club de Tenis Valencia el torneo internacional de tenis por antonomasia de la Comunitat de l’Esport. Su cabeza visible es Pablo Andújar, quien fue requerido por la Junta Directiva del club para retomar una competición que había perdido su nombre unos veinte años atrás. Y es que, desde que la Faulcombridge echara a rodar en 1933, encontró con su máximo apogeo en la década de los 60 y 70, cuando figuras como Manolo Santana y Bjorn Borg jugaron y ganaron. Valencia mantuvo, ya en el siglo XXI, su torneo internacional ATP 250. Más tarde, fue 500, hasta que el tenis profesional desapareció de la ciudad. Es en 2022 cuando Andújar retoma la competición, que este año ha vuelto a ascender a categoría ATP Challenger 125.
“Este torneo tiene muchísima historia. Yo lo recuerdo de cuando venía, siendo pequeño, y veía a jugadores profesionales jugar la Copa Faulcombridge. Para mí eran jugadorazos, y eso que en aquella época se trataba de un torneo nacional, y no internacional”, reflexiona Pablo Andújar en la Fundación Trinidad Alfonso, entidad presidida por Juan Roig que apoya el evento dentro de su programa de respaldo a competiciones PAC_CV, puesto en marcha de la mano del Comité Olímpico Español (COE). “Hicimos un Challenger 90 que salió muy bien, y a partir de ahí fuimos creciendo poco a poco. Cuando se me plantea este reto, pienso en que el torneo por antonomasia del Club de Tenis Valencia es la Copa Faulcombridge. Hacía 20 años que no se hacía y es ahí cuando lo retomamos”, cuenta.
Copa Faulcombridge. Es precisamente el nombre de torneo uno de los puntos fuertes, de carácter histórico, el componente que aporta un toque añadido de romanticismo: “El nombre hace que el miembro del club sienta que es una Copa que es suya. Tiene mucha historia detrás y grandes jugadores que han pasado por aquí, y eso hace que todos los que somos del club, hagamos el torneo más nuestro. Algo parecido de lo que hacen en Barcelona con el Conde de Godó, es esa la intención”, dice Pablo Andújar.
Un ATP Challenge 125 que quiere ser un 250
Como toda competición respaldada por la Fundación Trinidad Alfonso, la Copa Faulcombrige que dirige Andújar tiene metas ambiciosas. El objetivo, a medio plazo, es devolver a la ciudad el ATP 250 de años atrás. Para ello, lo más importante es el presente. El aquí y ahora: “Es primordial, ahora, dar una buena experiencia a todo el mundo. Que los jugadores que vengan se marchen diciendo: “Vaya torneo organizan en el Club de Tenis de Valencia”. Si ese trabajo de presente lo hacemos bien, las opciones de crecer serán más grandes. La ATP lo verá con mejores ojos, la organización tendrá más ganas, la ayuda institucional será mayor y los patrocinios, más numerosos. Estamos en ese proceso. Lógicamente, lo que me a mí me gustaría es traer de vuelta un 250 a la ciudad. Eso a día de hoy no es posible y no se puede controlar, porque funciona a base de licencias que tienen otros promotores. La intención es dar pasos y demostrar que somos capaces de albergar algo más grande. Somos un 125, pero queremos hacer ver a todo el mundo que es como un 250.
Una firme apuesta por la base
Una de las grandes novedades de la actual edición de la Copa Faulcombridge es la apuesta por el tenis base en Valencia. Previamente a la celebración del evento, se ha realizado diferentes clínics en escuelas de la provincia para acercar a los tenistas profesionales a los más jóvenes. El objetivo es fidelizar al futuro del tenis valenciano. “Yo tenía un problema cuando empezaba: para ver tenis profesional, me tenía que ir a Barcelona. Cuando yo era pequeño, el Godó era el único torneo internacional que teníamos en España. Creo que es muy importante que todos los chavales de la provincia sepan que se está haciendo la Copa Faulcombridge. Que tengan esa facilidad de ver a sus referentes cerca. Eso te hace creer, de alguna manera, que puedes llegar a ese nivel. Por eso damos invitaciones a los jugadores jóvenes que vienen despuntando”, argumenta Pablo Andújar. El último ejemplo, Andrés Santamarta, que sigue la estela de Carlos Alcaraz. “Eso también hace que más chavales quieran jugar al tenis y que los padres se gasten menos dinero, al tener eventos ya aquí en la Comunitat. Lo veo fundamental. Yo no tuve esa suerte”.
Es la pata más social del torneo y que va más allá de la pista de tierra batida del club. “Si no nos apoyamos entre los valencianos y ponemos en valor lo que estamos creando, va a ser mucho más difícil crecer. Lógicamente somos un torneo más pequeño que el Conde de Godó o que el Mutua Madrid Open, pero somos un gran torneo también. Y se hace en un gran club de tenis. Hay que poner eso en valor”.
La Comunitat de l’Esport, Comunitat de tenis
“La Comunitat Valenciana es una Comunidad de tenis, sin duda”, afirma Pablo Andújar. “En cualquier pueblo de Valencia tienes unas pistas de tenis. Si no es un polideportivo, es un club y, por muy pequeña sea la localidad, hay instalaciones. Y a nivel de jugadores profesionales, la Comunitat tiene varios que han sido ejemplos, o que han sido entrenados aquí. Hemos tenido números uno como Marat Safin o Juan Carlos Ferrero entrenándose aquí, David Ferrer que es casi como un número uno, Alcaraz, Bautista, Álex de Muñaur en Alicante… Bernabé Zapeta, Pedro Martínez, Carlos Taberner, Dani Gimeno. La Comunitat Valenciana es ejemplo de tenis”. Palabra de profesional.